Los adverbios nunca, jamás, tampoco, los indefinidos nadie, nada, ninguno, la locución en la/mi/tu/su vida y los grupos que contienen la palabra «ni», aparecen siempre en oraciones de sentido negativo.
Si estos elementos van antepuestos al verbo, este no va acompañado del adverbio de negación «no»: Nunca voy al teatro; Él tampoco está de acuerdo; Jamás lo haré; Nadie lo sabe; Nada de lo que dice tiene sentido; Ninguno de ellos es actor; En su vida lo conseguirá; Ni su padre lo perdonaría.
Si van pospuestos al verbo, este debe ir necesariamente precedido del adverbio «no»: No voy nunca al teatro; Él no está de acuerdo tampoco; No lo haré jamás; No lo sabe nadie; No tiene sentido nada de lo que dice; No es actor ninguno de ellos; No lo conseguirá en su vida; No lo perdonaría ni su padre.
La concurrencia de esas dos «negaciones» no anula el sentido negativo del enunciado, sino que lo refuerza.
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