Con motivo de las intensas campañas de vacunación que se están llevando a cabo por todo el mundo, es habitual leer en los medios noticias como «Los médicos rechazan los vacunódromos para las vacunaciones masivas», «El hangar de Delta Air Lines se convierte en un gran “vacunódromo”» o «Este espacio público, ubicado en pleno centro de la villa, se convirtió en un “vacunódromo”».
Este neologismo, formado a partir del sustantivo vacuna y del sufijo -dromo, presente en términos como hipódromo o velódromo, y que generalmente aludía a lugares en los que tenían lugar carreras, hoy también se refiere al espacio de grandes dimensiones destinado a fines determinados, como en cosmódromo, rockódromo; en este caso concreto, a la administración masiva de vacunas.
Dado que vacunódromo se adecua a las pautas morfológicas del español y su significado es transparente, no es necesario escribir dicha palabra en cursiva o entre comillas. Ahora bien, si lo que se desea es marcar la novedad del término, estos recursos serían admisibles.
Por lo tanto, los ejemplos iniciales pueden considerarse válidos.
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