El término antídoto es el adecuado para referirse al ‘medicamento que se emplea contra un veneno’ o la ‘medicina o sustancia que contrarresta los efectos nocivos de otra’, por lo que no es apropiado emplear esta voz como sinónimo de vacuna, ‘preparado de antígenos que, aplicado a un organismo, provoca en él una respuesta de defensa’, como se indica en el Diccionario de la lengua española.
Según el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina, un antídoto es un ‘fármaco que neutraliza la acción nociva de otro fármaco, de un producto tóxico o de un veneno. Puede actuar de forma específica (antídoto verdadero) o inespecífica’, y señala como sinónimos antitóxico, antiveneno o contraveneno, pero no vacuna, que es un preparado de antígenos con el que se pretende provocar una reacción defensiva en un organismo.
Por tanto, como especifican fuentes consultadas de la Academia de Medicina, el concepto de vacuna no tiene nada que ver con el de antídoto: los antídotos no previenen enfermedades o infecciones, sino que actúan contra intoxicaciones.
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