Cuando el nombre de un artista se aplica a sus obras de creación, se mantiene la mayúscula y no son necesarias cursivas ni comillas: un Van Gogh, un Botticelli, dos Picassos…
Aunque en estos casos funcionan como sustantivos comunes, la Ortografía de la lengua española señala que «Cuando el nombre de un autor, sea completo, sea solo el apellido, se utiliza para designar cada una de sus obras, debe mantenerse la mayúscula del antropónimo». En los ejemplos con que se ilustra esta norma, no se emplea resalte tipográfico alguno.
Ejemplos:
«Hacienda descubre un Van Gogh en la caja de seguridad de un defraudador», «Un Botticelli con un precio estimado de 80 millones de dólares reanima el mercado», «Se subasta “Abraham y los ángeles”, un Rembrandt con una rara escena bíblica» y «Los multimillonarios chinos, adictos a los Picassos, los Dalís y los Mirós».
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