El Diccionario académico ya recoge como voz del español la palabra pin (procedente del inglés personal identification number) para referirse a la contraseña alfanumérica precisa para acceder a algunos aparatos o dispositivos electrónicos. En ese sentido hace ya tiempo se usa pin parental para aludir a la contraseña que los padres activan en los dispositivos para restringir el acceso a un contenido determinado.
Esa misma expresión ha empezado, en efecto, a emplearse para designar la autorización expresa de los padres para que sus hijos participen en determinadas actividades complementarias en los centros escolares. Se trata de una extensión metafórica que no resulta censurable.
No obstante pueden usarse expresiones alternativas como control parental, autorización parental o veto parental, que aportan diferentes matices.
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