El sustantivo uberización y el verbo uberizar están bien formados a partir del nombre de la empresa Uber Technologies Inc., que ofrece a sus clientes transporte privado mediante una red de contactos directos entre particulares.
En los medios de comunicación cada vez es más frecuente encontrar frases como «La “uberización” de la economía», «La empresa confirma que la “uberización” ha llegado para quedarse» o «Los bancos analizan cómo “uberizar” su negocio».
A partir del nombre propio de la empresa Uber, se han creado las voces uberizar, con el sufijo -izar, y, a partir de este verbo, uberización, a su vez con el sufijo -ción. Se trata de un proceso similar al experimentado en marcas registradas como WhatsApp, que ha dado lugar a wasapear, o Simoniz, de la que deriva el verbo simonizar, esto es, ‘encerar la carrocería de un automóvil’.
La uberización hace referencia a las cada vez más numerosas plataformas de economía colaborativa en las que, gracias a internet y las nuevas tecnologías, unas personas ponen a disposición de otros particulares, sin necesidad de intermediarios, diversos bienes y servicios: una casa o habitación en alquiler, un trayecto compartido, un coche o una plaza de garaje.
Dado que los términos uberización y uberizar respetan las pautas habituales de derivación, no hay razón para entrecomillarlos, si bien el redactor puede optar por este recurso si desea destacar su novedad o cree que dicho resalte puede facilitar la comprensión por parte del lector.
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