Ambas
formas se consideran válidas para el singular. Se trata de un caso muy
particular, en el que una palabra tiene dos formas para el singular: efeméride y efemérides.
La razón de esta forma doble puede explicarse por el significado colectivo de efemérides, que es el ‘conjunto de hechos notables que merecen
ser recordados y celebrados’ y aunque para referirse a un solo hecho sería más
adecuado usar la forma efeméride, se
aceptan las dos variantes.
En
el mismo caso se encuentra metrópoli y metrópolis, dos formas para el singular de la misma palabra.
Las razones en este caso son de carácter histórico: la forma etimológica, metrópolis, ha generado una creación regresiva sin -s.
Comentarios
Publicar un comentario