Algunas
palabras del español no se suelen emplear en plural, como sed, y otras no se usan en singular, como víveres. Las palabras que, como sed, solo se usan en singular se denominan «de singular
inherente» o «singularia tántum»: canícula, caos,
cariz, cenit, este, grima, oeste, relax, salud, tino, zodiaco,
etc. El rechazo de estas palabras a una forma específica de plural puede
deberse a razones fonológicas, como sucede en relax,
cuya terminación sirve para ambos números. En
otras ocasiones no se usan en plural porque su significado es intrínsecamente
singular: solo hay un oeste o un norte, igual que no puede haber más de una canícula. En el caso de sed a
las razones aducidas se puede añadir que la forma sedes es ya el plural de sede.
En
cuanto a víveres, forma parte de un conjunto de sustantivos que
solo presentan la forma de plural. Este grupo es algo más numeroso que el
anterior y se denomina «de plural inherente» o «pluralia tántum». Son de este
tipo ciertos nombres de partes del cuerpo (entrañas,
fauces, greñas, tripas, etc.), objetos inespecíficos (enseres, aperos, bártulos ), lugares (aledaños, afueras, alrededores, andurriales ),
restos o fragmentos (trizas, añicos, migas),
formas de actuar (cosquillas, cucamonas, modales),
alimentos(natillas, gachas, puches, vituallas),
así como muchas unidades fraseológicas (artes marciales,
frutos secos, con pelos y señales, en cueros, a expensas, a pies juntillas,
etc.).
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