La palabra ‘antiedad’ no
figura en el DRAE y, además, si atendemos
al significado que se deduce de los elementos que la componen, la construcción resulta poco coherente, pues no se entiende bien cómo una crema puede ir ‘en contra de la
edad’, que sería el significado literal de la creación léxica. En todo
caso, la crema actuaría contra los
efectos de la edad, esto es, contra las arrugas, y para ello ya existe la palabra
antiarrugas. Así pues, lo más adecuado sería sustituir crema antiedad por crema antiarrugas.
A pesar de lo dicho, hay que observar que antiedad es una palabra bien formada, un neologismo ajustado a los
principios de formación de palabras
del español, pues se compone de un
prefijo (anti-)que se adjunta a un sustantivo (edad), como contrarreforma, ultratumba, viceministro y tantas otras. Esta palabra se crea en el mundo de la publicidad
con unos fines muy determinados y, como en todos los neologismos, serán los propios hablantes los que decidan si acaba triunfando o no, independientemente
del carácter más o menos lógico del
significado.
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